Comenzamos con una pregunta simple
¿Por qué la educación financiera sigue siendo un privilegio cuando debería ser un derecho básico? En 2018, un grupo de analistas financieros argentinos decidió cambiar esta realidad.
Trabajábamos en instituciones tradicionales y veíamos cómo las herramientas de análisis financiero permanecían encerradas en círculos especializados. Sabíamos que estas competencias podían democratizarse sin perder profundidad técnica.